El romanticismo necesario de ‘El Renacido’

Let us not take this planet for granted. I do not take tonight for granted

Leonardo dicaprio

El discurso de Leonardo DiCaprio al recoger su estatuilla este año no podía ser más claro: el cambio climático es real y hay que tomarlo en serio. En el mundo del cine, películas como El Renacido ayudan a concienciarnos de que otro tipo de relación con la naturaleza es posible, y que nuestras construcciones podrían evolucionar hacia el respeto a la misma.

El romanticismo necesario de 'El Renacido'

En el caso de la cinta de Alejandro González Iñárritu, encontramos dos maneras de afrontar la arquitectura: la vida de los indios, con pequeñas tiendas textiles que pueden ser retiradas fácilmente y que no destacan, frente a la construcción bélica de los colonizadores, a base de madera arrebatada del lugar, que despunta y se impone sobre el terreno.

Esta dualidad arquitectónica no sólo la vemos en los edificios de la película; la representación construida sólo es un reflejo de las vidas de esas personas tan diferenciadas que se nos presentan en esta odisea ambientada a principios del siglo XIX: frente a la clara y sencilla relación de los indios americanos con el entorno, encontramos la obsesión de los colonizadores por la tecnología y la falta de respeto hacia a lo natural.

No obstante, Hugh Glass, el personaje que interpreta DiCaprio, es el punto de unión entre los dos mundos, tanto por su relación con su mujer –indígena–, como por el proceso de renacimiento al que la naturaleza lo somete. Su debacle con la osa será el catalizador para que aprenda a vivir en comunión con el entorno natural, lo que le permitirá transmitirnos a nosotros dos visiones claras que giran alrededor de la construcción, materializadas en dos de sus sueños que veremos a continuación.

Por un lado, vemos a Glass ante una pirámide de cráneos de bisonte, recordándonos imágenes reales de esa época, en las que el exterminio de multitud de estas criaturas se llevaba a cabo no sólo por obtener su carne y pieles, sino para expulsar a los indios de sus tierras, las cuales dependían de estos animales. Esta macabra pirámide es una construcción que apela a la conciencia y al hecho de aceptar los errores que se cometieron en esas nuevas tierras.

el renacido

En otro de los sueños, encontramos las ruinas de una iglesia rodeada de árboles, como si la naturaleza se hubiera abierto paso entre sus muros y defendiera su legítimo lugar. En este punto, podemos establecer una relación directa con la obra de C. D. Friedrich, The Abbey in the Oakwood (1809). Y es que aparte de la directa relación visual de la pintura con la escena de El Renacido, toda la obra de Friedrich destaca por representar la lucha contra el avance de la tecnología, defendiendo los ideales románticos del respeto por la naturaleza y la pequeñez del hombre ante su magnificencia.

El romanticismo necesario de 'El Renacido'

Así pues, el proceso de adaptación de Hugh Glass a la naturaleza, potenciado por sus visiones casi proféticas, lo convierte en un mensajero para nuestro tiempo de la necesidad de una mejor relación de la construcción con la naturaleza. En El Renacido encontramos una película que, sin estar directamente relacionada con la arquitectura pasiva o bioclimática, nos comunica un mensaje de respeto fomentando un modo de vida más cercano a la naturaleza y a la comunión con la misma; atenderlo u obviarlo depende de nosotros.


Este artículo se publicó originalmente en el blog del Festival Internacional de Cine y Arquitectura – FICARQ

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Germán Valle
A pesar de que soy arquitecto desde 2015 y estoy empeñado en ayudar a construir, creo que más allá de la rigidez de nuestro mundo laboral hay lugar para los arquitectos al otro lado de la pantalla, donde podemos aportar nuestra visión y conocimientos al equipo creativo de los mundos que visitamos en la ficción.

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